Un día, estaba contemplando las cadenas, lo fascinantes y detalladas que son (Sí, a veces como diseñadora de joyas piensas en esas cosas). Hoy en día, a menudo las damos por sentado y compramos versiones hechas a máquina, pero estas piezas esenciales de joyería solían ser meticulosamente elaboradas a mano. No puedo imaginar las horas de trabajo necesarias para crear un rollo de cadena. Mientras reflexionaba, la idea me golpeó: ¿no sería genial crear cadenas a mano utilizando materiales aún más delgados que el alambre típicamente usado? Y así, la idea me vino a la mente: ¡voy a hacer un collar de cadena usando crochet de metal!
Comencé este proyecto hace unos tres años, emocionada y lista para la acción. Pero entonces ocurrió un desastre: me quedé sin alambre dorado. No hay problema, pensé, simplemente pediré más. Bueno, déjame decirte, cuando llegó ese nuevo alambre, era un tono completamente diferente. Como esperar oro de 20k y recibir algo más parecido a 10k.
Así que, sintiéndome bastante frustrada, puse todo en pausa. Pero no podía sacarme la idea de la cabeza. Seguía volviendo a ella, mirando esos eslabones a medio hacer, pensando, "Aquí hay algo". Saltando a este año, me decidí a hacerlo realidad. Coloqué el proyecto en mi mesa del comedor, donde no podía ignorarlo, y simplemente lo dejé marinar.
Entonces, de la nada, mi esposo soltó esta genialidad: "¿Por qué no usar un alambre de otro color?" ¡Ding, ding, ding! ¡Eso es! A veces te obsesionas tanto con una cosa que te pierdes todo un mundo de posibilidades.
Así que, armada con alambre plateado y un renovado sentido de determinación, me puse manos a la obra. Tejiendo a ganchillo en el sofá, en el metro, en reuniones con amigos, básicamente, donde pudiera sentarme y tejer. ¿Y sabes qué? ¡Al final, lo terminé!
Okay, es posible que estés pensando: "Buena historia, Luisa, ¿pero por qué me la estás contando?" Bueno, aquí está el detalle: el collar se llama "Mira de Nuevo" (Look Again en inglés) por una razón. Es un recordatorio de que a veces simplemente no estamos listos para abordar un proyecto o un sueño. Pero eso no significa que debamos descartarlo por completo. Siempre podemos volver a él cuando sea el momento adecuado.
